Mis recuerdos de Celso Torrea se remontan a la época en que Javier María Pascual era director de El Pensamiento Navarro. Celso Torrea trabajaba y colaboraba activamente en "El Pensamiento" desde mucho tiempo atrás, en la etapa en que el director del periódico era Francisco López Sanz y escribía (bajo la firma de SAB) su cotidiana, y plúmblea, columna titulada "Glosas". Mi padre, Luis Martínez Erro, las denominaba con un sentido del humor bastante corrosivo, como "losas".
Pues bien en esa época de adhesiones incondicionales y de "pensamiento único" (aunque no navarro) Celso destacó como un elemento díscolo, rebelde y fuera de tal contexto. Entre otros mucho trabajos en "El Pensamiento", quiero destacar su papel como analista de política internacional. Años después, cuando el que suscribe ya tenía bastante uso de razón política en los años setenta del pasado siglo, escuchaba con muchísimo gusto las narraciones del "parti pris" de Celso en pro de los aliados durante la segunda Guerra Mundial y su reflejo en las crónicas del periódico carlista de Iruñea. Mientras tanto, otros como el "Diario de Navarra", del que nos "avergonzamos muchos" citando a Víctor Moreno, marcaban descaradamente su apoyo al Eje.
Además, lejos ya de aquella triste etapa, Celso hacía gala de su colaboración con los servicios secretos británicos (y no sé si americanos) en pro de la causa aliada. Estos pasados días ha aparecido en la prensa histórica de Catalunya la narración de situaciones paralelas en "La Vanguardia", con un director fascista (Galinsoga) y algunos redactores pro-aliados (Nadal y otros). Al leer la crónica correspondiente en dicho periódico recordaba con cariño a Celso Torrea.
Años después nuestros esporádicos encuentros en Iruñea, ya que yo vivo en Donostia de muchos años atrás, siempre eran afectuosos y con un cierto aire de nostalgia. Efectivamente, ambos participamos en un intento que en la época de la llamada "transición" tras la muerte del general Franco, se desarrollo en la Alta Navarra de la mano de Miguel Javier Urmeneta y en la que nos encontramos muchas otras personas que queríamos cambiar el rumbo de Vasconia en una fase tan apasionadamente abierta de posibilidades. Aquéllo no fue, tal vez no pudo ser. Así volví a conectar con Celso Torrea tras la etapa de "El Pensamiento" en la que le conocí, tiempos atrás, a través de mi padre. Luego, años más tarde, he seguido su lento desgaste físico, que no intelectual. Siempre lo encontraba optimista y también dandi, educado y elegante, siguiendo su modelo británico de toda la vida.
Hoy he leido en "Diario de Noticias" la noticia de su fallecimiento. Lo he sentido mucho, a pesar de que el inexorable paso del tiempo y sus estragos, no nos hacen esperar una perspectiva distinta, para nadie.
3 comentarios:
Desde Gringolandia, la tierra que tanto le gustaba hablar a Celso Torrea leo sus comentarios y descubro su bloog. Mil gracias por sus líneas sobre el gran Celso Torrea.
Hace unos minutos que mi amatxo me avisó desde la vieja Iruña que Celso falleció hace unos días. Echaré de menos sus conversaciones, sus consejos, sus ganas de vivir aunque ya su cuerpo no le seguía. La vida nos acercó porque por casualidad nos unía un mismo apellido y también una misma pasión por el periodismo, las relaciones internacionales y la justicia social. Cuando regrese a mi tierra para ver a mi familia, echaré de menos mi cita con el gran soñador. Celso: te echo de menos. Me tomaré un café en nuestro rincón a tu salud y desde ahí, te contaré mis últimas aventuras. Mil gracias por todo. Judith
He suprimido el segundo comentario de Judith pues era idéntico al primero, que es el que aparece en el blog.
Garate
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