Leo
hoy en la prensa: “ETB cambia el mapa del tiempo para resaltar Euskal
Herria con fronteras”. La noticia me lleva a tres consideraciones:
1.-
Afirma el articulista de Noticias de Gipuzkoa: “La última bandera del cambio de socialistas y populares dejó de ondear ayer
en EITB con el cambio del mapa del tiempo”. Es evidente que el cambio de
“formas” que resultó más denostado públicamente, en ETB, fue el del “mapa del
tiempo”. Puede que fuera “la bandera” del cambio impuesto, pero la
transformación real fue mucho más profunda.
La escasa “centralidad vasca” que ya tenía ETB en
la etapa anterior, fue abandonada por completo bajo la férula de Alberto Surio.
Si los referentes de centralidad antes ya eran españoles (de los de Francia nos
olvidamos), en la etapa PsoE / Pp se convirtieron en algo permanente y
agresivo. El “Estado central” siempre era el español; su Gobierno, el único
posible. Las noticias “nacionales”, siempre las españolas. Todo lo que quedaba
fuera de las fronteras del Estado español, “lo extranjero”. Cualquier noticia
de Badajoz o Murcia, por poner un ejemplo, en primera línea; “nacional”, claro.
Ninguna referencia propia, del País, como central.
El mapa era un pretexto. El territorio de nuestro
país estaba ya roto por la estrategia de la dominación desde hace siglos; en la
etapa de Surio se quebró por completo. Más todavía su cohesión humana. Ahora
parece que, en parte, se recupera “el mapa”, cuando menos en su “color”, pero
el territorio sigue cuarteado entre las administraciones de los estados y sus
compartimentos “provinciales”. ¿Cómo se va a afrontar la partición humana
impuesta a pesar de la realidad social? ¿Va a seguir ETB en la senda de la
disolución de nuestra identidad a base de insistir en el acelerado proceso
españolizador de la etapa anterior?
2.- Resulta poco afortunada la expresión
“resaltar Euskal Herria con fronteras”, al referirse al color del mapa que lo
diferencia de los territorios colindantes de los estados español y francés. Las
fronteras reales son las que existen entre los estados. Creo que no es mala la idea
de visualizar el país con un solo color, pero no me parece tan buena la de la
asunción de las divisiones administrativas actuales, ni la de la radical
diferenciación con territorios como La
Rioja , con la que nos unen tantos lazos históricos y
actuales, comenzando por la propia práctica de la pelota como deporte
“nacional”.
Hay que tener mucho cuidado al hablar de
“fronteras” en un mundo en el que las únicas que siguen siendo efectivas son
las interestatales. No hay más que ver todo tipo de tarifas en el mundo de la
telefonía móvil o de los accesos a la red en banda ancha, los precios de los
combustibles, etc., pero, sobre todo, constatar la apabullante realidad de la
lengua imperante a cada lado de esas “fronteras” que, según algunos, están ya
superadas.
3.- El mapa es una referencia visual y simbólica
importante, pero tanto o más lo son las referencias de centralidad social,
económica y política. Por desgracia, todas ellas nos siguen llevando, desde
ETB, a España. Es bien sabido que el Estado es la herramienta más potente que
existe hoy en día como creador de cohesión social, de integración (de
emigrantes, por ejemplo) y de generación de identidad.
Desde una herramienta limitada como ETB, sobre
todo sin el respaldo de un Estado propio, los objetivos son también,
necesariamente, reducidos, pero nunca se debe olvidar el objetivo de la
emancipación nacional desde una gestión que se autodenomina “nacionalista vasca”,
Sus medios se pueden utilizar de mejor o peor modo, pero siempre con este
horizonte. No todo son limitaciones externas y las posibilidades existentes
deben ser apuradas al máximo. Hace falta conciencia y voluntad. Los mapas, por
sí solos, no bastan.
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