La
literatura laudatoria hacia el modelo bolivariano expresada en nuestro país por
la fervorosa Izquierda Abertzale y también en
sectores de la “izquierda” catalana (las CUP) pone de manifiesto unas graves
carencias en lo que se supone debería consistir “el análisis concreto de la
realidad concreta” (Lenin dixit),
propio de las posiciones y pensamiento de izquierda. Los panegíricos que hemos
podido leer y escuchar tras la muerte de Hugo Chávez y su propuesta como modelo
para nuestro futuro social y político son inquietantes. Demuestran la escasa
capacidad de análisis de los prohombres que rigen nuestras “izquierdas
nacionales”.
El
primer dato, irrefutable, es que “nuestra realidad concreta” está a años luz de
cualquiera de los estados latinoamericanos. Y, el segundo, en consecuencia, es que la
“concreta realidad” de los estados latinoamericanos es otra galaxia desde el
punto de vista económico, social y político. Proponernos como horizonte, modelo
o paradigma la “revolución bolivariana” tiene menos sentido que sugerir a un
habitante del Sahel las ventajas del “Canal de Navarra” para que plante una
huerta y disfrute de sus delicias.
Tenemos en común la colonización española de varios
siglos, como punto de partida, pero realizada sobre sustratos históricos y sociales completamente distintos. Y, sobre todo, en
contextos geopolíticos absolutamente divergentes. América Latina logró, desde
la distancia, su independencia política de las metrópolis española y
portuguesa, gracias a sus dirigentes criollos (españoles nacidos en la colonia
desde algunas generaciones), con una cultura social y política heredada del
imperio. Los golpes militares se han sucedido ininterrumpidamente durante sus
dos siglos de “independencia”.
Nosotros
existimos en un contexto sin parangón posible. Nuestros puntos de referencia
pueden ser los Países Bajos, Dinamarca, o quizás incluso Noruega, aunque sea
mucho más grande; nuestros apoyos estratégicos los encontraremos en Escocia,
Flandes o Cataluña; nuestros modelos emancipatorios han de ser Islandia, la
República Checa, los países Bálticos o Eslovenia. No sólo estamos en Europa, es
que somos Europa. Hemos constituido Europa y ahí deben estar nuestros
referentes.
No
podemos negar a Hugo Chávez y a otros presidentes de estados latinoamericanos
sus avances en cuanto a reconocimiento social y normalización política de sus
“pueblos originarios” y su aportación indiscutible a unas mejores condiciones
de vida de sus poblaciones, pero siempre considerando que su ubicación geopolítica
está casi en las antípodas de la nuestra. Presentárnoslos como modelos, si no
es ignorancia, es un sarcasmo.
Nosotros
estamos, con todas las consecuencias, en un mundo muy lejano. Tan lejano en el
espacio como estarían en el tiempo los conflictos de los husitas en el siglo XV
o los hugonotes en el XVI. Parece que nuestros dirigentes y referentes, con
tanto fervor revolucionario, en vez de los pies en la tierra, están en la
órbita de los cometas.
Izaronews (2013/03/13)
Noticias de Navarra (2013/03/16)
Izaronews (2013/03/13)
Noticias de Navarra (2013/03/16)
Eneko Urliaga
3 comentarios:
Aburridismo ombligismo eurocentrico. y ademas, claramente, Eneko Urliaga es muy-muy realista pero q soporifero es ese discurso empiricorro del yo vivo con los los pies en tierra. Para una pequeina cura de salud que le ayude a Urliaga adar a su independentismo de pro una dimension no necesariamente chavista pero desde luego si mas amplia: http://basque.criticalstew.org/?p=9910
1.- El "eurocentrismo" se suele definir (Edward Said)en relación con su concepto de "orientalismo".
2.- El "orientalismo" es la construcción / el relato que se hace desde occidente (Europa) de los otros ("oriente"). De ahí surge el concepto de "eurocentrismo".
3.- El "eurocentrismo" recrea una realidades sociales, económicas y políticas a la medida del colonialismo.
4.- El artículo de Urliaga se limita a describir las diferencias (la distancia) que existe entre nuestra realidad y la de latinoamérica. No entra a definirla en detalle y menos a valorar sus variantes.
5.- Por consiguiente, no se puede hablar de posición "eurocéntrica".
6.- No pretende dar lecciones a ninguna sociedad latinoamericana, del mismo modo que tampoco quiere "transplantar" utòpica y ucrónicamente sus realidades y soluciones políticas a la nuestra.
Ante el comentario de Imanol, Eneko Urliaga me responde:
Se suponía que éste tenía más nivel... ¡Qué feo eres y qué mal cantas...!
Profundos argumentos de pensamiento, basados en las agudas proposiciones de Zizek...
Lo de 'aburrido', 'soporífero'... tiene también un enorme recorrido
dialéctico. Y lo de 'eurocéntrico' no acabo de asimilarlo, teniendo en
cuenta que estamos en la península de Tasmania y deberíamos alinearnos
con la vía láctea (que desde allí no se ve).
¡Nos vamos a centrar en torno al corro de las patatas, no te jode!
Me da la impresión de que hemos pisado algún callo.
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