El ex lehendakari Juan José Ibarretxe clausuró el pasado jueves día 23 de junio el ciclo de Conferencias que con motivo de la Conmemoración de la Batalla de Noain organiza cada año Nabarralde con una charla titulada "Orain Bai". Como síntesis de la misma planteó la ecuación I + D + i + K, en la que considera se contiene el meollo de lo que debe ser cualquier sociedad que pretenda tener un futuro digno en un mundo que ya está entre nosotros. Son conocidos sus tres primeros elementos: Investigación, Desarrollo e Innovación. Ibarretxe hizo hincapié en que los tres pueden ser comunes a cualquier sociedad avanzada del siglo XIX, pero que lo específico, lo que les da un valor propio, un valor añadido, es el cuarto elemento: en nuestro caso la K de Kultura, cultura propia de una sociedad con una larga trayectoria histórica y una importante tradición de cultura social y política. En este sentido destacó la labor realizada por Nabarralde y animó a seguir en la misma línea: "hay que sembrar semilla aunque no llueva, aunque parezca que se hace en el desierto"; sin semillas plantadas previamente, cuando llueva de verdad nada puede fructificar, dijo citando al tunecino Monuf Marzhoui.
Ibarretxe insistió en que todos aquellos que prevén la evolución de cualquier sociedad avanzada en este siglo plantean como elemento básico de la misma la "identidad", que en el fondo es lo que representa la K de anterior ecuación. Una sociedad sin una identidad definida, no es capaz de afrontar con éxito los retos actuales. Será una sociedad desestructurada, sin iniciativa y perdida en los conflictos y problemas que sacuden al mundo.
Planteó los falsos debates de los que debemos huir, como son las interesadas contraposiciones entre lo "universal" y lo "local", los derechos individuales frente a los colectivos y la reducción de la mejora de la sociedad al puro crecimiento económico. Frente a ello propuso la complementariedad de lo "local" que es la forma de construir lo "universal", o la imposibilidad de existencia de derechos individuales sin los colectivos y viceversa, de los colectivos sin los individuales. Precisó que el modelo que une crecimiento, desarrollo y felicidad está agotado y que hay que afrontar los retos que suponen la pobreza, el cambio climático, la multiculturalidad, los problemas alimentarios y energéticos y, en general, los derivados de la cultura.
Presentó sus tesis sobre el "derecho a decidir", citando entre otras muchas, una frase del Nobel de Economía Joseph Stiglitz, en la que afirma que los países que tienen futuro son los que han tomado las riendas de su destino en sus manos. A través de gráficos ilustrativos expuso la visión de que los países más dinámicos, mejor situados en el ranking mundial y con más porvenir en el mundo son pequeños y que el País Vasco puede estar entre ellos y, de hecho, a nivel de indicadores generales de calidad de vida, bienestar, desarrollo, etc., lo está.
Propuso una clasificación de los problemas nacionales en el mundo y su resolución a lo largo del siglo XX. La primera oleada nacional correspondió a la desintegración de los imperios austrohúngaro y otomano al final de la primera guerra mundial. La segunda, a los procesos de descolonización de la mitad del mismo siglo. Y la tercera, ocurrida tras el colapso de la URSS. Recientemente, dijo, han surgido en Europa diez nuevos estados, hay seis países con una autonomía importante y que pueden llegar a ser estados, sobre todo los que se encuentran en áreas democráticas, como Escocia o Flandes, mientras que los que se encuentran en zonas de escasa cultura democrática como España, como son los casos catalán y vasco, el problema se plantea como de más difícil resolución. Situó a la democracia como elemento fundamental para tener las coordenadas de salida de los nuevos procesos nacionales.
Ibarretxe hizo una llamada a la necesidad de la rápida desaparición de ETA y a la incorporación de esa "mitad de la humanidad sin historia" que son las mujeres, en todos los procesos, empezando por los de paz. "Con su participación se llevarán a buen término; sin ella, estaremos condenados a repetir los fracasos", afirmó.
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