Pedro Esarte, siguiendo con su saga de obras sobre la conquista de 1512, acaba de publicar su último trabajo relacionado con ella. Se trata de un estudio sobre el siniestro personaje que fue Juan Rena, figura clave como factótum de Fernando “el Falsario”, primero, y del emperador Carlos V después, en la conquista y ocupación de la alta Navarra.
No voy a resumir el contenido de la obra, ya que siempre es preferible su lectura directa y seguir en ella las andanzas y desmanes del protagonista. Creo que es más interesante dar a conocer algunos datos sobre el acercamiento que se ha hecho a Rena desde las instituciones que hoy controlan la llamada Comunidad Foral de Navarra.
Para empezar, es interesante constatar el escaso relieve que se otorga a nuestro personaje en una obra pretendidamente completa como la Gran Enciclopedia Navarra, editada por la Caja de Ahorros de Navarra en 1990. Esarte lo cita al comienzo de su libro con un jugoso comentario sobre la verdadera importancia de Rena en una fase tan grave de nuestra historia.
En mi opinión, de semejante gravedad es la crítica que hace en su dedicatoria “Al Gobierno oficial de Navarra”, en la que denuncia que el proyecto de trabajo sobre Juan Rena, convocado por dicha institución, se ha realizado a través de la Universidad de Alcalá de Henares. Más todavía si consideramos que la mayor parte de documentación se encuentra… en el Archivo General de Navarra.
Cito textualmente el comentario que Esarte hace a este respecto:
"El personaje a estudiar resultó decisivo en la conquista de Navarra. Pero existiendo quienes consideran que este desgraciado hecho fue una bendición para los navarros, tal vez consideren oportuno que el estudio se realice donde puedan apreciar mejor semejantes virtudes."
Este reciente trabajo de Esarte Muniain se puede considerar complementario de los dos anteriores sobre el mismo asunto: el primero sobre la conquista y ocupación, propiamente dichas, auténtica enciclopedia sobre la materia (2001), y el segundo, sobre las consecuencias para Navarra de los años que siguieron a la misma (2007).
Como todas sus obras, esta también está muy bien documentada y se puede leer con provecho para conocer los procedimientos empleados por quienes dieron a lo que quedaba del Estado de los vascos un golpe casi de gracia. Digo “casi” pues el esplendor cultural del reino de norte del Pirineo durante el siglo posterior, concretamente hasta 1620 cuando Luis XIII de Francia decretó la unión de ambos reinos, fue de gran altura.
Sus logros no fueron políticos sino culturales. Fue una etapa en la que el Renacimiento se encarnó en la corte navarra gracias a la reina Margarita y su grupo de intelectuales. Con su hija, Juana de Albret, el euskera alcanzó el nivel de lengua de cultura, como lo había sido antes el alemán, gracias a la reforma protestante y a la traducción de la Biblia a lengua vulgar hecha por Lutero. Bajo el patrocinio de la reina Juana, Leiçarraga realizó su versión en euskera del Nuevo Testamento. Tales son las fuentes de las que bebió Shakespeare cuando afirmó que “Navarra será el asombro del mundo”, en su Love’s Labour’s lost.
Como curiosidad, me ha resultado particularmente interesante, casi como si de una obra de suspense se tratara, el estatus real de Rena: ¿fue clérigo o laico? Efectivamente, en la página 20, Esarte dice: “Rena (que ni siquiera era clérigo secular)…”; mientras que en la página 22, por el contrario, afirma: “…le valieron al clérigo su nombramiento como capellán y una merced anual…”. La cuestión se aclara cuando, casi al final de libro, en su página 109 aparece: “Goñi Gaztambide señala que Rena jamás fue ordenado sacerdote y, sin embargo, le vemos celebrando misa como obispo…”
En resumen, se trata de una obra muy interesante para conocer el modo de funcionar de la maquinaria ocupante de Navarra a través de la actuación de una persona de fidelidad probada a sus intereses políticos, aunque también a los suyos propios, ya que el veneciano Rena en sus actividades políticas, militares y eclesiásticas no fue precisamente desinteresado.
Referencia bibliográfica
No voy a resumir el contenido de la obra, ya que siempre es preferible su lectura directa y seguir en ella las andanzas y desmanes del protagonista. Creo que es más interesante dar a conocer algunos datos sobre el acercamiento que se ha hecho a Rena desde las instituciones que hoy controlan la llamada Comunidad Foral de Navarra.
Para empezar, es interesante constatar el escaso relieve que se otorga a nuestro personaje en una obra pretendidamente completa como la Gran Enciclopedia Navarra, editada por la Caja de Ahorros de Navarra en 1990. Esarte lo cita al comienzo de su libro con un jugoso comentario sobre la verdadera importancia de Rena en una fase tan grave de nuestra historia.
En mi opinión, de semejante gravedad es la crítica que hace en su dedicatoria “Al Gobierno oficial de Navarra”, en la que denuncia que el proyecto de trabajo sobre Juan Rena, convocado por dicha institución, se ha realizado a través de la Universidad de Alcalá de Henares. Más todavía si consideramos que la mayor parte de documentación se encuentra… en el Archivo General de Navarra.
Cito textualmente el comentario que Esarte hace a este respecto:
"El personaje a estudiar resultó decisivo en la conquista de Navarra. Pero existiendo quienes consideran que este desgraciado hecho fue una bendición para los navarros, tal vez consideren oportuno que el estudio se realice donde puedan apreciar mejor semejantes virtudes."
Este reciente trabajo de Esarte Muniain se puede considerar complementario de los dos anteriores sobre el mismo asunto: el primero sobre la conquista y ocupación, propiamente dichas, auténtica enciclopedia sobre la materia (2001), y el segundo, sobre las consecuencias para Navarra de los años que siguieron a la misma (2007).
Como todas sus obras, esta también está muy bien documentada y se puede leer con provecho para conocer los procedimientos empleados por quienes dieron a lo que quedaba del Estado de los vascos un golpe casi de gracia. Digo “casi” pues el esplendor cultural del reino de norte del Pirineo durante el siglo posterior, concretamente hasta 1620 cuando Luis XIII de Francia decretó la unión de ambos reinos, fue de gran altura.
Sus logros no fueron políticos sino culturales. Fue una etapa en la que el Renacimiento se encarnó en la corte navarra gracias a la reina Margarita y su grupo de intelectuales. Con su hija, Juana de Albret, el euskera alcanzó el nivel de lengua de cultura, como lo había sido antes el alemán, gracias a la reforma protestante y a la traducción de la Biblia a lengua vulgar hecha por Lutero. Bajo el patrocinio de la reina Juana, Leiçarraga realizó su versión en euskera del Nuevo Testamento. Tales son las fuentes de las que bebió Shakespeare cuando afirmó que “Navarra será el asombro del mundo”, en su Love’s Labour’s lost.
Como curiosidad, me ha resultado particularmente interesante, casi como si de una obra de suspense se tratara, el estatus real de Rena: ¿fue clérigo o laico? Efectivamente, en la página 20, Esarte dice: “Rena (que ni siquiera era clérigo secular)…”; mientras que en la página 22, por el contrario, afirma: “…le valieron al clérigo su nombramiento como capellán y una merced anual…”. La cuestión se aclara cuando, casi al final de libro, en su página 109 aparece: “Goñi Gaztambide señala que Rena jamás fue ordenado sacerdote y, sin embargo, le vemos celebrando misa como obispo…”
En resumen, se trata de una obra muy interesante para conocer el modo de funcionar de la maquinaria ocupante de Navarra a través de la actuación de una persona de fidelidad probada a sus intereses políticos, aunque también a los suyos propios, ya que el veneciano Rena en sus actividades políticas, militares y eclesiásticas no fue precisamente desinteresado.
Referencia bibliográfica
Esarte Muniain, Pedro
“Juan Rena clave en la conquista de Navarra (1512-1538)”
Pamplona-Íruñea, 2009
Pamiela argitaletxea.
“Juan Rena clave en la conquista de Navarra (1512-1538)”
Pamplona-Íruñea, 2009
Pamiela argitaletxea.
3 comentarios:
¡Qué interesante! A ver si en algún momento puedo conseguir el libro (siempre problemático desde el Canadá). Ya es hora que vaya ampliando mis conocimientos sobre Nabarra y, además, tu reseña me ha hecho entrar ganas de leerlo.
Shaudin
Fernando el "Falsario", conocido como el "Católico" en la historiografía española, fue uno de los modelos de Maquiavelo a la hora de elaborar su "Príncipe".
En este contexto la utilización de personas como Rena se convierte en una necesidad práctica.
El caso que explica Esarte es una situación concreta de la utilización de una persona como elemento fundamental en la conquista de un país y cómo tal persona se beneficia de su apoyo al conquistador y ocupante.
Se trata de Navarra a comienzos del siglo XVI, entonces Estado independiente y soberano, sometido a fortísimas presiones por los dos reinos que lo acorralaban (España y Francia), ambos en fase de evolución al absolutismo.
La situación en los primeros años del siglo XVI era tan agobiante para Navarra que, de no haber existido Rena, Fernando hubiera encontrado a otro para hacer el mismo papel. Las realidades concretan están muy ligadas a cada personalidad histórica, pero el resultado hubiera sido semejante con cualquier otro elegido por Fernando... o por cualquier otro rey español en aquella situación y dentro del mismo entramado de intereses.
Gracias!
Shaudin
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