Acabo de leer, en uno de los suplementos dominicales con más difusión dentro del Estado español, un artículo de un señor llamado Juan Manuel de Prada y que escribe en el mismo un artículo titulado así: Creacionismo, en el que sutilmente se pone en cuestión la capacidad de la denominada como "Teoría de la evolución" con origen en Charles Darwin y fuertemente ampliada y completada en los siglos XX y XXI, para explicar "ciertos misterios que rodean el origen del hombre".
He de reconocer que sin ser especialista en dicha teoría, sino un simple aficionado, hay aspectos del artículo que me han dejado un profundo desasosiego. Por ejemplo, cuando el autor afirma "el hombre es el único ser de la creación que puede ser criatura y creador a un mismo tiempo; y este rasgo personalísimo, esta singularidad misteriosa, establece una barrera insalvable entre hombres y animales, una ruptura del 'continuum' de la evolución que ningún avance de la ciencia podrá explicar jamás."
En primer lugar, el uso del término "creación" ya supone una toma de posición previa, es decir que hemos sido "creados" y eso implica un "por alguien". En segundo lugar, lo que afirma sobre esa "barrera insalvable" será porque el autor del artículo lo dice así, pero que no está demostrado. Hay primates que fabrican "herramientas", todo lo rudimentarias que las podamos considerar desde nuestra perspectiva, pero herramientas que añaden cierta capacidad a sus posibilidades anatómicas.
En la tercera parte, su planteamiento sobre la "ruptura... que ningún avance de la ciencia podrá explicar jamás", me parece de una osadía digna de etapas pasadas en las que lo que no se podía entender de otra forma, se atribuía a un ente creador, Dios en las terminologías religiosas, que suplía la falta de conocimientos humanos. En las que, además, se condenaba y castigaba a quienes tenían el atrevimiento de intentarlo.
El avance del conocimiento científico ha demostrado, a lo largo de siglos, que se pueden explicar muchas cuestiones inexplicables hasta entonces, mediante interpretaciones naturales cuando se alcanza, con el método apropiado, el conocimiento de sus procesos.
Soy una persona que no cree en el absoluto de la razón humana y que piensa que el universo supera ampliamente nuestra limitada capacidad de comprensión, pero que, al mismo tiempo, piensa que muchas cuestiones se pueden ir aclarando y entendiendo progresivamente desde una perspectiva científica. Siempre quedarán problemas que superen la capacidad de la mente humana, pero aborrezco de la pretensión del recurso a un "Deus ex machina" para explicarlas. Ese dios sobra, es un elemento espurio que no hace más que dificultar el avance científico, cuando no ponerle trabas. La historia ofrece muchos ejemplos, comenzando por Galileo.
Muchos teólogos cristianos hace tiempo que abdicaron del mismo y lo sustituyeron por un Dios como algo "profundo", el "fondo de nuestro ser" o "aquéllo que nos tomamos radicalmente en serio" que decía, por ejemplo, Robinson en "Honest to God" ("Sincero para con Dios", 1967, en español). En este sentido es muy interesante el libro Darwin y el diseño inteligente de Francisco J. Ayala (2007) ya comentado en este blog.
Veo este artículo en la línea del tristemente pujante movimiento "creacionista" en los Estados Unidos de América, en el que se pretende enseñar como ciencia, equiparable a la "Teoría de la evolución", al mito bíblico judeo-cristiano sobre la creación del mundo y el surgimiento de la humanidad. En resumen, un peligro para el progreso. Un retroceso a época de oscurantismo y la caverna.
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