El 3 de junio, diversas
asociaciones, personas, partidos y grupos políticos han convocado en
Pamplona-Iruñea una manifestación con el lema “En defensa de la bandera de
Navarra”, acto que pretende escenificar una gran movilización política para defender
los símbolos del país, frente a la supuesta barbarie de quienes los amenazan. Ante
el disparate que esto significa, nosotros, un grupo de navarros preocupados por
la fractura social que se impulsa, y la manipulación de nuestra simbología,
Declaramos que:
La convocatoria toma como
justificación o excusa la derogación de la “Ley de Símbolos de Navarra”, que
instauró en 2003 el gobierno de Miguel Sanz. Ha sido una ley nefasta que ha dividido
a la población navarra, ha generado crispación, conflictos, condenas de prisión,
y en conjunto no ha aportado ningún beneficio a la ciudadanía.
La convocatoria tergiversa la
historia de Navarra y la memoria de nuestra sociedad. La simbología navarra
está vinculada a su pasado de Estado independiente, a su cultura vascona, a su
pluralidad lingüística en donde destaca el patrimonio de la ‘lingua
navarrorum’, etc. La bandera de Navarra está documentada en 1512 en la defensa
de la independencia del reino ante las murallas de Pamplona.
La convocatoria desprecia la
voluntad mayoritaria de la sociedad navarra, que no percibe riesgo de
suplantación de la bandera navarra por la ikurriña, sino en todo caso por la
enseña de quienes nos conquistaron: la española.
La convocatoria oculta el
origen del diseño actual a comienzos del siglo XX a cargo de destacados
patriotas como Arturo Campión, Julio Altadill y Hermilio Olóriz, en unos
momentos en que único símbolo que campaba en Navarra era la bandera española. La
convocatoria esconde la persecución histórica contra esta bandera navarra,
hasta la aparición de la ikurriña como símbolo vasco. Es cuando menos
sospechoso que se pretenda ‘defender’ ahora la bandera navarra para utilizarla
como instrumento de rechazo contra la ikurriña.
Se da la circunstancia de
que se adhieren a la convocatoria fuerzas y grupos hispanos, algunos
abiertamente de ultraderecha, que nunca han defendido la navarridad de esos
símbolos ni han demostrado la menor simpatía por nuestras instituciones
actuales, vestigios menores de nuestro pasado independiente pero nuestras, como
es el Convenio o el sistema foral en su conjunto. Son grupos que defienden con agresividad
la unidad de España, y que nunca han valorado el significado de estos símbolos navarros,
hasta encontrar el oportunismo de oponerlos al significado vascónico de nuestra
cultura.
En resumen, concluimos que lo
que se pretende es una manifestación en CONTRA:
En contra de la bandera de
Navarra, que vacían de significado.
En contra de los navarros, a
los que engañan.
En contra de la paz y la convivencia.
En contra de la ikurriña
Sólo es a favor de lo más
retrógrado, a favor del monoligüismo, la asimilación y de España.
Por ello, denunciamos:
La voluntad de engaño que
expresa dicha convocatoria.
La falacia que supone el
llamamiento a la concordia cuando lo que pretenden es dividir a la población,
enfrentar la bandera navarra a la ikurriña, marginar el euskera y proscribir la
tradición vasca de nuestra tierra.
La nostalgia enfermiza que remite
a una sociedad cerrada, una sociedad que mira a un pasado de sufrimientos y
dominio y no contempla otro marco de convivencia que la indisoluble unión a
España.
En consecuencia, reclamamos:
Una Navarra que ejerza en
plenitud su libertad.
Una Navarra abierta a todos
los hermanos que fueron desprendidos de ella, contra su voluntad, en el proceso
de la historia.
Una Navarra abierta, europea
y solidaria de modo voluntario con todas las naciones de la Tierra.