En
los dos primeros volúmenes de “En busca del tiempo perdido”, Marcel Proust nos
ofrece sendas reflexiones sobre el “País”. En “Por la parte de Swan” nos habla,
en un capítulo, de “Nombres de país: el nombre” y en “A la sombra de las
muchachas en flor” trata, en otro, de “Nombres de país: el país”. A nosotros
nos sucede algo parecido, tratamos de nuestro País en dos registros distintos,
por un lado el nombre y por otro el país. Son aparentemente dos debates que
aparecen en momentos distintos y con contenidos diversos. Sin embargo, es el
mismo debate.
El próximo día 15 de agosto se conmemora “el país”, el nacimiento de la nación. Orreaga es el
acto constituyente de la nación vasca. La derrota sin paliativos de las tropas
de Carlomagno y sus sucesores en 778 y 824 provocaron la cristalización de la
organización política más importante que los vascos han constituido a lo largo
de su historia: el reino de Pamplona.
Esta
consolidación se logró mediante la acumulación de varias aportaciones previas,
consecutivas en el tiempo. Una, autóctona, fue la etapa prehistórica. En ella
se formó una cultura en el pleno sentido de la palabra, soportada sobre una
lengua y unos modos de vida adaptados desde siglos al entorno pirenaico. A
continuación advino su entronque con la civilización romana, sin perder lengua
ni cultura, pero con muchas adaptaciones. Tras la caída del Imperio Romano, su
pelea secular con visigodos por el sur y francos por el norte, se consolidó en
una entidad política de relieve como fue el Ducado de Vasconia.
Estas
fases culminaron en la Alta Edad Media con la constitución de un reino
independiente que duró más de mil años y que llegó a la modernidad con jirones,
desgarros y minoraciones. Este Estado propició la nacionalización de los vascos
y el desarrollo de su cultura social y política, en instituciones tan
importantes como su sistema jurídico-político, el Fuero; los modos de
organización territorial y administrativa, los batzarres o la cooperación en
los trabajos comunitarios en el auzolan, entre otros. Según la innovadora tesis
de Koldo Zuazo, el primer euskera unificado conocido en la historia surge
precisamente de la unidad política del Estado navarro, centrada en su capital
Iruñea.
Con
esto queda claro que los vascos hemos tenido la capacidad histórica de
constituirnos en una entidad política independiente, en un Estado. Y que ese
Estado ha tenido como nombre, reconocido internacionalmente durante siglos, el
de Navarra. Hace pocos días resurgía, a través de un artículo de Gabriel MªOtalora, la vieja polémica sobre el “nombre” del País. Y el autor se
enzarzaba en el debate, ya antiguo, entre Euskadi y Euskal Herria.
Las
razones a favor de Euzkadi, que así fue como lo denominó su creador, Arana Goiri,
y no Euskadi, están basadas en un hecho cierto. Euskal Herria es una
denominación no política y corresponde a una realidad lingüística y cultural.
Los hermanos Arana Goiri, con buen criterio, pensaron en que una nación que
aspiraba a su independencia debería de tener un nombre político y se inventaron
un neologismo. Así nació Euzkadi. El por qué, en la llamada transición tras la
muerte de Franco, se mudó a Euskadi lo desconozco. Tal vez porque Arana llegó a
afirmar que la raíz “euz” procedía de “eguzki”, para tener así los vascos unos
orígenes cósmicos.
La
realidad queda un poco más a ras de tierra, en nuestro propio planeta y en el
mismo suelo en que evolucionó según parece, nuestra lengua y cultura. Esa
lengua y cultura, mítica, social y política, cuajó en un momento de la
historia, Orreaga, en un Estado independiente. Todas las naciones del mundo que
tienen un nombre gentilicio -magiares, lusos, galos, germanos, por ejemplo- y
que han alcanzado a constituirse en Estado, han adoptado como denominación la
de este último. Por eso hoy conocemos a portugueses, húngaros, alemanes y
franceses.
La
obra de Proust culmina con “El tiempo recobrado”. Creo que también es hora de
que nuestra nación recobre su tiempo perdido, es decir su independencia, su
Estado propio. Por todo lo anterior, opino que la fiesta nacional de los vascos
tiene que ser la conmemoración de nuestro acto constituyente, Orreaga, con
fecha el 15 de agosto y que el nombre de nuestra nación, el país, debe
coincidir con el de su Estado histórico: Navarra.
NOTICIAS DE GIPUZKOA 2013/08/06
NOTICIAS DE NAVARRA 2013/08/06
DEIA 2013/08/14
BLOG DE IÑAKI ANASAGASTI 2013/09/10
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1 comentario:
Nabarra da nire herri ta nazio bakarra.
Gure herriaren egoera tamalgarria da, gure arteko esiak kontaezinak dira eta mota guzietakoak dira gainera, alako hauek tartean daudela; polikoak, lurraldekoak, gizartearenak, izkuntzakoak eta baita sikolojikoak.
Nire burujabetasuna aitortzeko eta aldarrikatzeko, eta ezagutzen ditudan talde edo erakunde politiko denak atzerriko konstituzioak onartzen dituztela ikusita eta ez dituztenak baztertuta daudenezkero, neronek nire bizitza eta nire izaera nire esku artzea erabaki dut.
Ortaz, notario batengana urbildu eta aitortuko dut nire herri eta nazio bakarra naparra dela eta, beraz, gure usadioak, ohiturak, legeak eta erakundeak besterik ez ditudala onartuko. Ondoren, aitormen hau gure lurraldeetan dauden talde eta erakunde guztiei bidaliko diet eta beraien erantzunaren zain geldituko nahiz. Beraien erantzunen arabera erabaki gehiago artuko bait dut.
Nire blogean ikusi ahal ditzakezute notarioan legitimatutako aitormena. Itzekin aspertuta nengoen eta ekiteko garaia heldu zaidala eta erabaki dut neure nortasuna neronen esku artzea.
http://1.bp.blogspot.com/-YCVbIYgmp-M/UfeYq76yb-I/AAAAAAAAAAw/yxj8gRPU1Ho/s1600/documento.jpg
http://4.bp.blogspot.com/-LiumgOmPbts/UfeYql6RCiI/AAAAAAAAAAs/C5kiINmKjEw/s1600/documento1.jpg
http://naparradanireherriedonaziobakarra.blogspot.com.es/
Hemendik aurrera naparra besterik ez nahiz eta majo sentitzen nahiz.
Aupa Naparra ta lege zaharrak
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