16 marzo 2010

SALVADOR CARDÚS EN DONOSTIA E IRUÑEA

Aproximación personal a Salvador Cardús

Tropecé hace mucho tiempo con el Cardús defensor de la nación catalana en múltiples foros. Conozco al Cardús, acerado y acertado analista de la realidad social y política de Cataluña, a través de sus artículos en diversos medios, actualmente, sobre todo, Avui y La Vanguardia. He conocido al Salvador Cardús “tertuliano” en los debates y comentarios en la radio Euskadi de la anterior etapa. Descubrí también otro Salvador Cardús, el de entrevistas pensadas y con enjundia, como la que abre el libro de Víctor Alexandre “Jo no soc espanyol”.

Este encuentro intelectual me sugirió la idea de un Cardús experto en análisis meditados, reflexivos, sobre la realidad catalana y sobre el mundo actual. Un analista poco exaltado en la expresión, aunque tampoco frío, ya que su compromiso político con el futuro de una Cataluña independiente se percibe como total. No es apasionado en la forma, pero creo que sí en el fondo. Lo que de él he leído y escuchado trasluce una actitud rigurosa, serena y combativa en la que manifiesta sin ambages su compromiso cívico con Cataluña.

En internet se puede encontrar fácilmente su impresionante currículum y el conjunto de sus trabajos y premios en el ámbito profesional y académico. Conociendo su rigor en el tratamiento de los asuntos de la cotidianeidad social y política, a través de los medios antes indicados y, sobre todo, tras las dos conferencias que pretendo resumir en este texto, estoy convencido de su gran nivel en los asuntos más específicamente profesionales que, por desgracia, ignoro.

Tuve la suerte de conocerle personalmente el pasado mes de septiembre de 2009 en el Palacio de Miramar en Donostia donde, de la mano de Hamaikabat, estuvo, en compañía de Toni Strubell, Jaume Renyer y Francesc Homs, presentando sus respectivos modos de ver la realidad catalana actual.

En aquella ocasión encontré una persona de enorme valía intelectual, cercana y afectuosa, y, sobre todo, de una gran calidad humana. Sin ningún tipo de recelo me proporcionó el modo de contacto y accedió inmediatamente a mi requerimiento de venir a Euskal Herria para presentar su visión de la realidad catalana de hoy. Fruto de aquella conversación son las dos conferencias, en Donostia e Iruñea, en las que le embarcamos y a las que ha acudido puntualmente. Desde aquí quiero manifestar el agradecimiento, en nombre propio y en el de Iturralde y Nabarralde, a Salvador Cardús.


Resumen de las conferencias impartidas en Donostia (2010/03/11) e Iruñea (2010/03/12)

El título de las conferencias, “Cataluña en la encrucijada de la independencia”, contiene un primer término, encrucijada, que sería necesario ponderar hasta qué punto responde a la realidad actual de Cataluña. Por un lado, parece bastante claro que la situación presente ofrece una ocasión de cambio en la que se manifiestan cuestiones que no planteadas hasta el momento, pero, por otro, hay que calibrar hasta qué punto representan realmente una encrucijada.

En principio hay sucesos que la ratifican. Como elementos nuevos, ocurridos en una etapa reciente y que apoyan con claridad la tesis de su realidad, se pueden citar realidades, que para su mejor comprensión se pueden diferenciar según sean manifestaciones concretas o coyunturales o expresión de tendencias más estructurales. Por otra parte, en la realidad catalana actual se revela la existencia de un “independentismo tranquilo” como alternativa real y posible a una situación de estancamiento y crisis.

En un plano concreto, de coyuntura, se presentan como datos:

· El fracaso de la reforma estatutaria de 2004, con la que según Pasqual Maragall se iba a resolver, de una vez por todas, el “encaje de Cataluña en España” y llegar a un modelo político cuasifederal. Ni ERC ni CiU apostaron de verdad por la misma tras las modificaciones sufridas por su texto en el Parlamento español.

· Una tremenda decepción de la mayoría de catalanes, acompañada de una gran erosión interna y ruptura sentimental ante la agresividad, nunca vista antes, mostrada por los políticos catalanes entre ellos mismos.

· Un fuerte descrédito de los partidos políticos, con el añadido de que la crispada situación política generada en Cataluña ha sido capaz de borrar del mapa a todos sus líderes en menos de cinco años.

· El contexto español ha entrado en una clara fase de involución autonómica, lo que hace que se manifieste a la contra de cualquier intento de mejorar y superar situaciones autonómicas anteriores.

A un nivel general, en aspectos más estructurales, se constata:

· Un fuerte estancamiento en Cataluña en todo lo referente a progreso económico (expolio fiscal, nueva financiación etc.) y social (asuntos relacionados con la inmigración, educación etc.) que conduce a una clara conciencia colectiva de fracaso, de crisis y desánimo social asociado a una baja autoestima.

· Unos liderazgos políticos y sociales de nivel bajo. Esto no es una cuestión de personas concretas, sino de situaciones más amplias y asociado a un problema claro de carencia de relato, o visión, creíble y que los convierte en incapaces de arrastre social.

· La crisis de 2007, como remate de un estado ya de por sí bastante crítico y tras la que la situación española ha resultado muy peligrosa.

· Los rápidos cambios demográficos, con un 16-17% de inmigración reciente en muchos lugares, que conducen a situaciones de tensión.

Ante esta situación, en Cataluña según Salvador Cardús, se presentan tres alternativas:

· Lo que en catalán se expresa con el dicho coloquial de “anar tirant” (ir tirando), que concreta el desánimo general ante un nuevo Estatuto que no ha sido capaz de introducir un horizonte nuevo, a pesar de su promesa de ser definitivo para los siguientes 25 años por lo menos. Esta alternativa ha conducido a la posibilidad real de que se pueda conseguir en 40 años de autonomismo lo que no lograron 40 años de dictadura: la desaparición de la voluntad nacional de los catalanes.

· Una “imposibilidad contrastada”, que sería la opción de una España federal. En Cataluña hay pocos federalistas y en España, en la práctica, ninguno. Con esos mimbres no puede haber una federación real; para ello hacen falta por lo menos dos que quieran federarse. Algunos de los pocos federalistas que se aún se manifiestan en Cataluña, como Mascarell o Ramoneda por ejemplo, presentan, cada vez más, síntomas de pesimismo hacia esta alternativa.

· Una “imposibilidad por contrastar”, que es la independencia, la constitución de un Estado independiente. Muchos pueden afirmar que eso es un imposible, pero esa imposibilidad no está demostrada.

Muchas cosas están sucediendo en Cataluña en esta última etapa que permiten abrigar la esperanza de la independencia como posibilidad real:


· La constitución desde la propia sociedad civil de una gran cantidad de plataformas por la independencia (10.000 a Bruselas, Soberanía i Justicia, Soberanía i Progrés, Centre d’Estudis Soberanistas y muchos otros)

· El movimiento de consultas por la independencia que, aunque muy improvisado, tiene una enorme fuerza simbólica. Además presentan gran importancia los actos públicos previos que se celebran siempre, en los que se divulga y se debate el contenido de las mismas. A ellos asiste mucho público: joven y mayor, muchas mujeres y un buen número de profesionales medios y altos. Todo lo cual ocurre en medio de un impresionante silencio mediático (prensa, televisión etc.)

· El surgimiento de otros grupos, como el Cercle Català de Negocis, que agrupa a empresarios independentistas, o el colectivo EMMA, formado por unos 10 profesores de universidades de todo el mundo y algunos profesionales de alto nivel, que se han puesto como misión contestar y puntualizar cualquier información incorrecta sobre Cataluña que aparezca en los grandes de medios de comunicación internacionales. Y otros muchos en este mismo sentido.

· El movimiento Reagrupament per Catalunya, generado en torno a Carretero, que con más de 3.500 personas adheridas y cotizantes, plantea como únicos objetivos la independencia de Cataluña y una enorme radicalidad democrática. Todavía no se sabe qué fórmula adoptará ante las próximas elecciones, pero ha generado una gran ilusión.

Como conclusión, Cardús plantea el hecho de que la independencia está en la agenda de Cataluña como algo posible y próximo. Además, este independentismo presenta unos atributos nuevos, entre los que, según su opinión, se pueden destacar:

· Ser un independentismo ambicioso, maduro, cívico, bien educado, razonable y emocionalmente estable.
· Proponer un nuevo modelo de Estado, más ligero, con una participación democrática muy mejorada y con una buena gestión de los recursos energéticos, entre otras cuestiones.

· Constituir un movimiento que quite el miedo a la independencia y que sea generoso, que sume e incorpore a todos, a los catalanes de siempre, a los nuevos y a los novísimos.

· Plantear un independentismo sin la tradicional fijación antiespañola que, en el fondo, sigue siendo una muestra de dependencia.

· Ser, en resumen, un independentismo del siglo XXI.


4 comentarios:

Shaudin Melgar-Foraster dijo...

Realmente se agradece este resumen de las conferencias que, al mismo tiempo, ofrece una síntesis de la situación actual de Cataluña, en cuanto a la independencia, y las alternativas ofrecidas por Salvador Cardús. Voy a imprimir este artículo porque me parece digno de imprimirse y de lo más útil.
Gracias.

Anónimo dijo...

¿En qué se parece el independentismo catlán con el SOBERANISMO nabarro?

En nada. Los nabarros tuvimos (y tenemos) un Estado y los catalanes nunca han sido soberanos.

Menos paradigma catalán en Nabarra y más paradigma nabarro o propio, de lo conrario seguiremos facilitando el trabajo impositor al reino de España y la república de Francia.

Es un gran despropósito político es fijarse en el planteamiento catalán, como lo es en cualquier otro que no sea el propio de Nabarra.

Garate dijo...

Al anónimo solipsista nabarro hay que animarle a que lea algo de historia de Cataluña, a ser posible una historia no realizada desde el punto de vista español, ni francés por supuesto.

Españoles y franceses (y algunos adláteres) son los únicos que tienen el descaro de afirmar que Cataluña no tuvo un Estado con plenitud en el ejercicio de su soberanía durante muchos siglos.

Anónimo dijo...

Efectivamente catalanes y nabarros, al igual que el resto de gentes pirenaicas ( como occitanos en general), tenemos mucha historia en común, muchos problemas en común y una solución en común.
La historia común no sólo ha sido en momentos puntuales ( como la solidaridad ofrecida por bearneses, gascones, etc.. en 1521 el intento más resaltable de la recuperación del Estado Nabarro, en el que sólo participaron 300 caballeros con bandera colorada junto a 5000 pirenaicos), sino también en relaciones interpirenaicas que son los momentos cuando más hemos brillado los pueblos pirenaicos.

La solución viene de ese reencuentro pirenaico en una Confederación Pirenaica ( no federación), naciones-repúblicas soberanas dentro del paraguas del Estado Pirenaico, contrapeso demográfico ( 20 mill. hab.) y por tanto democrático único capaz de posibilitar las reconstrucciones institucionales, culturales, económicas, etc... de cada estado extraviado pirenaico ( Occitania incluida).

Existe movimiento civil actualmente por la labor, info.-
SUBOLOSPIRINEOS@GMAIL.COM y pág. SUBO-PYRENE, donde se puede participar sin restricciones.