20 enero 2009

HISTORIA DEL AGUA

Pocas veces tenemos oportunidad de acceder a un trabajo tan interesante, de una parte por el asunto del que trata y de otra por su contenido en sí, y de tan bella factura, como el presentado recientemente por la Fundación Kutxa. Se trata de “Uraren historia” / “Historia del agua” escrito al alimón por Ana Azpiri Albístegui, doctora en Historia del Arte y profesora de Composición Arquitectónica en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del País Vasco y Alberto González Sarmiento, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y profesor del Departamento de Ingeniería de Mecánica de Fluidos de la Escuela Politécnica de la Universidad del País Vasco.

El protagonismo de la obra recae indiscutiblemente en la histórica y permanente relación amor-necesidad y odio-respeto entre el agua y la humanidad, por un lado y los anhelos de dominio que secularmente ha ejercido sobre la misma el ser humano.

El agua es un elemento esencial para cualquier forma de la vida. Incluso las bacterias, seres vivos capaces de desarrollarse en entornos casi impensables de temperatura, ausencia de oxígeno y presencia de elementos “venenosos” (para cualquier animal, obviamente), necesitan en su medio la presencia del agua. No en vano un altísimo porcentaje de la composición de cualquier ser vivo, por supuesto también de las bacterias, es agua. En los vegetales puede ser hasta un 95% y en los animales está en la horquilla del 60-80%. En nuestra especie, Homo sapiens sapiens, se encuentra entre el 65 y el 75%.

La llamada “revolución neolítica”, iniciada hace aproximadamente 10.000 años, supuso el cambio cualitativo más importante ocurrido en la historia de la humanidad. El agua, elemento necesario para cualquier ser vivo, lo era también y en proporción semejante para los humanos, hasta que surgió y se desarrollo, con el Neolítico, la agricultura. La explotación intensiva de vegetales para consumo de las personas y forraje de los animales domésticos exige un importante control de los flujos de agua para el riego de las tierras cultivadas. El aprovechamiento de los cauces fluviales, de los acuíferos subterráneos o, sencillamente, del agua obtenida directamente de la lluvia o nieve, exigió que el ingenio de Homo sapiens sapiens se aguzara a niveles hasta entonces insospechados. Sistemas de regulación y conducción del agua, presas, y canales y otros, muchos y variados, sistemas surgieron muy tempranamente.

Dicha revolución supuso también un cambio en el modo de organizar el hábitat humano. De una existencia sin residencia estable, según las necesidades y recursos efectivos de caza, pesca o recolección, se pasó a una vida sedentaria, con asentamientos fijos. En la mayor parte de los casos eran sobre tierra firme, pero en muchos otros, en lugares cercanos al mar, ríos o lagos, propició su ubicación en alojamientos sobre la propia agua. La explotación pesquera se podía realizar de modo más sencillo, sobre todo si las condiciones de vida sobre tierra firme eran insalubres o peligrosas.

Los asentamientos neolíticos propiciaron, asimismo, la creación de ciudades y territorios controlados por determinadas elites. El control sobre el espacio, las poblaciones y el excedente generado por las explotaciones agrícolas, llevó a disputas entre territorios, a conflictos y a guerras. En estos casos, los ríos podían suponer obstáculos insalvables tanto para el ataque como para la huída. Los puentes fueron muy pronto un elemento básico en las sociedades neolíticas.

Cuando los humanos se aventuraron a recorrer ese infinito espacio que es el mar, por lo menos tal como se percibe desde “tierra”, y se percataron de los peligros que acarreaba, descubrieron una forma práctica de orientar, desde la costa, a los viajeros marítimos mediante la invención del faro.

De todo esto, de muchas más cuestiones y de su evolución en las diversas etapas del desarrollo de la humanidad desde el neolítico, nos habla este libro. Es interesantísimo, por lo menos para mí que los desconocía, el primer capítulo dedicado a los “qanats”. Tales sistemas de conducción subterránea desde acuíferos lejanos hasta lugares cultivados en zonas en que, por las condiciones del clima, una conducción superficial llevaría a su evaporación rápida y, por lo mismo, al desastre total, son un prodigio tecnológico adaptado a su entorno.

Resulta ilustrativa la consideración que hacen los autores sobre dos de los innovadores glosados en la obra. Se trata de los casos de Turriano y Foix, ambos arruinados tras la consecución de sus proyectos por falta de apoyo público. El primero, con su ingenio para abastecer de agua a Toledo desde el cauce del río Tajo, con un desnivel a salvar de más de cien metros. El segundo, por la construcción del faro de Cordouan en la peligrosa desembocadura del Garona en Burdeos. En ambos casos se percibe el escaso reconocimiento público de personas con afán innovador en beneficio de su propia sociedad.

Todos los asuntos que trata son de gran interés y están muy bien tratados, pero no alcanzo a entender su orden. No percibo una clasificación por temas. Por ejemplo: el tratamiento de los palafitos se encuentra en dos capítulos; además, las más modernas casas construidas sobre el agua se presentan en un capítulo diferente. De la misma manera, los faros son expuestos en dos capítulos distintos. Un caso análogo sucede con el tratamiento de puentes y viaductos, sobre los que se habla en varios títulos separados y distantes entre sí. Tampoco aprecio, a primera vista, un tratamiento según un orden cronológico o geográfico. En resumen, echo en falta en la obra una explicación del modo cómo está organizada la exposición de los asuntos tratados.

El material gráfico, mapas, esquemas y fotografías son buenos, lo que ayuda mucho a la comprensión y asimilación de los textos. Se agradecen también tanto el glosario como los índices finales. La presentación del libro es hermosa. La portada en la que aparecen, en forma de holograma, el título y autores en euskera y español, es sobria y bien diseñada. La maquetación; el papel y la impresión son de gran calidad.

He encontrado, en la página. 167, lo que en mi opinión es una pequeña errata, Cuando tratan sobre Yerabatan y Fedala, templos de agua, se habla de “una forma curva cuyos perfiles son hipérboles”. En la misma página, en el comentario de la imagen, se presentan como “hiperboloides” de una sola hoja. Pienso que realmente su forma será de “hipérbolas” o “hiperboloides”, pero no “hipérboles”.

La perspectiva del libro en su conjunto oscila entre el optimismo tecnológico, en el que se percibe la mano del ingeniero, y una visión más ligada al paisaje, en la que se manifiesta indudablemente la historiadora del arte. En mi opinión se trata de una obra de referencia necesaria para cualquiera que quiera exponer la relación entre el agua y las sociedades humanas.


Azpiri Albístegui, Ana
González Sarmiento, Alberto
“Uraren historia. Ur-ingeniaritzen eta ur-arkitektuaren proiekto handiak”
“Historia del agua. Grandes proyectos de ingeniería y arquitectura del agua”
Donostia-San Sebastián 2008
Fundación Kutxa

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me interesa mucho adquirir éste libro.
Vivo en México. Mi correo es lorenagiron14@hotmail.com
Podríamos ponernos en contacto?
Agradeceré conteste a mi mail.
LBA Lorena Girón Orozco.

Garate dijo...

Comentario contestado en privado por correo electrónico.

Anónimo dijo...

http://www.recuperaragua.blogspot.com/

Garate dijo...

Aunque sólo sea como información (ya que no veo ningún texto de comentario a mi texto o al libro en cuestión) me parece un blog muy interesante y recomendable.

Acabo de pasar un par de semanas en Perú y resulta de gran interés la preocupación que las distintas civilizaciones de esas tierras, sobre todo los incas, tuvieron por el uso del agua.

Mila esker, muchas gracias T.A.R.

Carlos M.L. dijo...

¡Hola! Me encuentro realizando una investigación para elaborar una tesis de licenciatura que versa sobre la cultura del agua y el baño.
Me intereso mucho la información que muestras en tu blog, así como el libro que mencionas ¿Podrías ayudarme a conseguirlo?

¡Saludos desde Aguascalientes, México!

Garate dijo...

Como información copio el terxto del correo electrónico recibido desde la editorial del libro:

Estimado Luis María:



Soy Arantxa Liceaga, directora comercial de Editorial Nerea. Me gustaría agradecer, antes que nada, la reseña de Historia del Agua en el blog. Ana Azpiri nos ha facilitado el link. Ayer pasó por la oficina y le comenté como en México teóricamente el distribuidor debería de tener algún ejemplar de este título en depósito. En caso que los haya vendido todos, a finales de este mes yo asistiré a la Feria del Libro en Guadalajara (México) y para el stand hemos enviado un libro así que Carlos L podría contar con algún ejemplar de una u otra forma.



Por otra parte, he visto que en el blog había también una entrada el año pasado desde México interesándose por el libro. En este caso indican un correo electrónico. ¿Cómo soléis actuar? ¿Le mando yo un correo con copia o me dirijo directamente a ella?



Los datos de contacto del distribuidor en México son:



Voces en Tinta

Niza 23a zona rosa entre Hamburgo y Reforma

México DF

Telef. (55) 55 33 7116

Persona de contacto: Bertha de la Maza

E-mail: bdelamaza@vocesentinta.com



Quedo a la espera de indicaciones para saber como actuar. Agradecemos sinceramente tu interés en nuestra Editorial.



Un cordial saludo,