26 agosto 2008

CELSO TORREA

Mis recuerdos de Celso Torrea se remontan a la época en que Javier María Pascual era director de El Pensamiento Navarro. Celso Torrea trabajaba y colaboraba activamente en "El Pensamiento" desde mucho tiempo atrás, en la etapa en que el director del periódico era Francisco López Sanz y escribía (bajo la firma de SAB) su cotidiana, y plúmblea, columna titulada "Glosas". Mi padre, Luis Martínez Erro, las denominaba con un sentido del humor bastante corrosivo, como "losas".

Pues bien en esa época de adhesiones incondicionales y de "pensamiento único" (aunque no navarro) Celso destacó como un elemento díscolo, rebelde y fuera de tal contexto. Entre otros mucho trabajos en "El Pensamiento", quiero destacar su papel como analista de política internacional. Años después, cuando el que suscribe ya tenía bastante uso de razón política en los años setenta del pasado siglo, escuchaba con muchísimo gusto las narraciones del "parti pris" de Celso en pro de los aliados durante la segunda Guerra Mundial y su reflejo en las crónicas del periódico carlista de Iruñea. Mientras tanto, otros como el "Diario de Navarra", del que nos "avergonzamos muchos" citando a Víctor Moreno, marcaban descaradamente su apoyo al Eje.

Además, lejos ya de aquella triste etapa, Celso hacía gala de su colaboración con los servicios secretos británicos (y no sé si americanos) en pro de la causa aliada. Estos pasados días ha aparecido en la prensa histórica de Catalunya la narración de situaciones paralelas en "La Vanguardia", con un director fascista (Galinsoga) y algunos redactores pro-aliados (Nadal y otros). Al leer la crónica correspondiente en dicho periódico recordaba con cariño a Celso Torrea.

Años después nuestros esporádicos encuentros en Iruñea, ya que yo vivo en Donostia de muchos años atrás, siempre eran afectuosos y con un cierto aire de nostalgia. Efectivamente, ambos participamos en un intento que en la época de la llamada "transición" tras la muerte del general Franco, se desarrollo en la Alta Navarra de la mano de Miguel Javier Urmeneta y en la que nos encontramos muchas otras personas que queríamos cambiar el rumbo de Vasconia en una fase tan apasionadamente abierta de posibilidades. Aquéllo no fue, tal vez no pudo ser. Así volví a conectar con Celso Torrea tras la etapa de "El Pensamiento" en la que le conocí, tiempos atrás, a través de mi padre. Luego, años más tarde, he seguido su lento desgaste físico, que no intelectual. Siempre lo encontraba optimista y también dandi, educado y elegante, siguiendo su modelo británico de toda la vida.

Hoy he leido en "Diario de Noticias" la noticia de su fallecimiento. Lo he sentido mucho, a pesar de que el inexorable paso del tiempo y sus estragos, no nos hacen esperar una perspectiva distinta, para nadie.

20 agosto 2008

ACTUALIDAD POLÍTICA NAVARRA

He leído en Noticias de Gipuzkoa de 20 de agosto una carta dirigida a Joseba Egibar por Jose Antonio Etxague desde Hondarribia, en el que se reprocha a Egibar y, por extensión, al resto de partidos por “la ilegalización y persecución a que está sometida la izquierda abertzale”, reiterando más adelante “su injusta situación”. Me gustaría puntualizar alguno de sus fundamentos y realizar algunas reflexiones.

Es evidente que hay aspectos en los que su carta tiene razón y que se pueden resumir en una expresión muy simple, aunque Etxague no lo diga así: el principal responsable de nuestra situación social, económica y política es el Estado español, sin olvidar, aunque Etxague tampoco lo señale, el francés. Y, entre muchas otras, de lo que denomina como “ilegalización y persecución” de la izquierda abertzale.

En este contexto me resulta curioso que sea ese mundo el que hable de que actualmente estamos en un “estado de excepción”. ¿Cuándo hemos dejado de sufrirlo? Hay personas y grupos que parece que piensan que mientras ellos podían votar se vivía en una “situación normal”. Ahora, ilegalizados ellos, piensan que es un “estado de excepción”. Pues no. El estado que ellos llaman “de excepción” es, entre nosotros, un “estado permanente” desde mucho tiempo atrás. Una nación conquistada, ocupada y con sus instituciones propias suplantadas, con su lengua y cultura perseguidas y con la supeditación económica, social y política permanente a las instancias hispano-francesas, vive en un “estado permanente de excepción”.

Uno de los muchos errores políticos, tal vez el principal, cometidos en Euskal Herria, sobre todo en la etapa que se llamó “transición” en España, fue aceptar como “normal” un sistema político unitario, basado en la “soberanía política de la nación española” de la que la parte sur de Vasconia formaba parte indiscutible, por el “justo” derecho de conquista hay que recordar. Y así nos ha ido y peor nos va.

Es curiosa la apreciación de Etxague sobre las consecuencias de una hipotética “desaparición” de Eta. Estoy de acuerdo con que los españoles (y franceses) no moverían un ápice sus posiciones políticas, lo exigen sus planteamientos nacionalistas, o imperialistas si se quiere. Pero Etxague olvida que en un conflicto nacional existe también la parte correspondiente a la nación dominada. Y aquí parece que, en su opinión, no cambiaría nada, o por lo menos no lo dice.

Llevamos muchos años de un conflicto seudomilitar en el que la violencia ejercida por un lado, aparte de causar dolor inútil, no tiene capacidad de doblegar la voluntad del otro bando. Españoles y franceses pueden “soportar” con toda tranquilidad ese nivel de “violencia”. Pueden además, y son expertos en ello, utilizarlo como arma de propaganda en contra de nuestro país. Estoy de acuerdo con él cuando dice que su desaparición sería “una buena noticia”, pero se deja en el tintero la razón principal por la que lo sería.

Eta lleva muchos años apareciendo como la “máxima expresión” de la oposición política vasca a España y a los circuitos de propaganda hispano-franceses les conviene que así sea. El asunto es que esa pretendida “oposición máxima”, ineficaz como violencia política, tiene la “virtud” de distraer la enorme fuerza y capacidad de amplios sectores de nuestra sociedad, joven sobre todo. Ahí está el meollo de la cuestión.

Nuestro país necesita como elemento estratégico fundamental recuperar un Estado propio (digo “recuperar”, pues ya lo tuvo históricamente a través de Navarra, y al que no le guste la expresión, puede poner “conseguir”). Este es el elemento básico que nos permitirá ser “sujeto” en Europa y en el mundo actual.

Todos los factores lingüísticos, culturales, sociales, económicos y políticos que necesita cualquier sociedad para tener un desarrollo equilibrado, armonioso, sostenible y solidario, vista la realidad actual del mundo, tienen su principal garantía a través de un Estado propio. El derecho a la “libre disposición” es la garantía del ejercicio del resto de los llamados “Derechos Humanos”

Vasconia no necesita “redentores”, tiene capacidad y fuerza social suficiente como para, utilizada convenientemente, poder acceder a la situación de sujeto reconocido internacionalmente. No sirven “recursos” a la “democracia española (o francesa)” vía sus instituciones trucadas y manipuladas, en las que nunca estaremos más que como “productos cocinados”, nunca guisando en la cocina.

Las instituciones impuestas pueden ser utilizadas en una estrategia clara de liberación como parte de la misma, nunca ser tomadas como un absoluto y, menos aún, con carácter democrático. Evidentemente tampoco sirve el camino de los atentados que, como ya está dicho, generan una “violencia” de muy bajo nivel, asumida por los estados dominantes y utilizada por ellos como factor propagandístico en nuestra contra.

Es imprescindible y urgente una reestructuración de las fuerzas sociales de Euskal Herria en el sentido ya expresado. Eta debe desaparecer cuanto antes, es evidente, pero en mi opinión también es claro que deben desaparecer las formas de hacer política (mejor de “no hacer política”) de los partidos que en este momento actúan en nombre de nuestro pueblo. Pienso que habría que integrar toda nuestra capacidad social y económica en un movimiento en pro de la consecución del Estado propio. La rebeldía, insumisión y fuerza de nuestra juventud, que durante tantos años ha sido desviada, primero a las misiones católicas y después a Eta y Ongs, debería reconducirse en este sentido.

Sería una especie de aplicación del concepto “presupuesto base cero” a la movilización social, política y económica de Vasconia para los próximos años, con el horizonte 2012. No hay que olvidar, como fecha simbólica, el 500 aniversario de la conquista y ocupación del espacio y población más importantes de nuestro Estado histórico, Navarra, en 1512. Para entonces, para 2012, deberemos tener activa, en Europa y en el mundo, la República de Navarra.

19 agosto 2008

MÉS ENLLÀ DEL SOMNI

Este es el título de una narración escrita por Shaudin Melgar-Foraster. La autora es profesora de literatura en la Universidad de Toronto en Canadá y con anclaje catalán. Por la lectura del libro y la información que aparece en su contratapa, donde se nos informa que escribió su primer cuento con solo seis años, se deduce que nos encontramos sin duda ante una escritora, como se decía antes, "de raza".

El género al que pertenece Més enllà del somni es lo que se suele denominar fantástico. Parte del relato se desarrolla en un entorno que Shaudin conoce muy bien, Toronto, y la(s) otra(s) en un mundo imaginario en el que hay paises como Rocdur, Maiera, Pot, Calai o Fosca y en el que no falta un hueco para la tierra de unas brujas buenas, Mai ("Nunca", en catalán). También hay un océano con monstruos y un mar con islas de piratas.

Como se deduce del título y de los nombres de las tierras del mundo imaginario, el libro está escrito en catalán y sus referencias culturales están adscritas, por supuesto al Canadá actual, pero sobre todo al universo catalán. Resulta muy interesante que la llamada "lengua franca" en los paises del mundo imaginario sea precisamente una especie de catalán, semejante al actual pero sin los avances técnicos de nuestra época (ordenadores, armas etc.). Mientras que algunos de los paises contrarios, usan un inglés con limitaciones parecidas.

La obra parece destinada a un público adolescente, pero que cualquier adulto puede disfrutar con gusto, interés y provecho. Yo por lo menos he disfrutado como Gimli. No sé si el jefe de los enanos de Tolkien gozaba leyendo, pero puedo asegurar que con la obra de Shaudin yo he disfrutado mucho. Sé que la obra completa serán tres volúmenes y estoy impaciente por la aparición del segundo y tercero.

Es una obra de aventuras e intriga en la que se interceptan la sociedad actual, en su versión catalano-canadiense, protagonizada por dos niñas de 12 y 13 años, y una realidad imaginaria en la que seres humanos, casi como nosotros, viven y tienen sus conflictos sociales y personales, niños y adultos, jefes y personas normales. Hay problemas relacionados con las migraciones y su manipulación por los poderes políticos, pero también con el poder, la tiranía y la democracia en general. También están presentes la amistad y el amor. Y todo eso en mundos cruzados en todos los sentidos. Hay, también, bastante humor.

Es claro que dada la situación actual del catalán como lengua de "segunda clase" sometida y minorada, verlo como el idioma de un pueblo sojuzgado por un gobierno despótico y con ansias de expansión y dominio (Rocdur), y que intenta ejercer su poder sobre otros, resulta paradójico. Hasta que sus representantes hacen del ridículo más espantoso ante el gobierno democrático de otro pueblo (Fosca) en el que, para colmo han elegido como jefe... ¡a una mujer!.

Es un libro que considero difícil de traducir, precisamente por esa amalgama de situaciones sociales y lingüísticas en ambos mundos. En inglés no tendría sentido fácilmente al ser en la obra un lengua de segunda división frente a su posición real en el mundo de hoy. En español sí veo a los despóticos señores de Rocdur, pero la estupenda ironía que demuestra Shaudin haciéndolos hablar catalán y manifestándonos así los riesgos que tiene cualquier sociedad humana de caer en el totalitarismo, independientemente de la lengua que hable, se perdería por completo. Sería más fácil en ese sentido una traducción a una lengua "de segunda" como nuestro euskera.

Desde esta sencilla contribución al conocimiento de un libro, que tanto me ha gustado, animo a alguna editorial de libros "para jóvenes" a atreverse con su traducción y edición en euskera.

"Més enllà del somni"
Shaudin Melgar-Foraster
Barcelona 2008
Edicions del Bullent

02 agosto 2008

WAGNER, ¿ENTRAÑABLE?

En este atardecer, suave y claro, del comienzo del agosto donostiarra y antes de comenzar el maratón de la Quincena Musical, estoy oyendo por radio la retransmisión del "Ocaso de los Dioses". En días anteriores escuché la introducción, "El Oro del Rin", y las dos primeras partes ("Walkiria" y "Sigfried") y, curiosamente, llego a la conclusión de que Wagner me resulta entrañable.

Este año he escuchado también "Maestros Cantores", en mi opinión la mejor ópera de Richard Wagner, pero hoy, con el "Ocaso", he llegado a la conclusión de que Wagner me aparece como "entrañable". Me sorprende a mi mismo. Una música que ha sido presentada por algunos como paradigma del terror nazi, del antisemitismo más burdo y feroz, de la expresión de la capacidad agresiva de la especie humana a sus niveles más altos, y yo, aquí y ahora, "viéndola" -escuchándola- como "entrañable".

Creo que el final del "Ocaso" es una música tan melancólica, llena de "lembranzas", "saudades" y "morriñas" que más que pertenecer al mundo germánico está muy próxima del universo galaico-portugués (¿algo de celta?) en el que los dioses caen, se desvanecen y desaparecen. Todo lo cual, desde un punto de vista social y político, es positivo y acorde con la marcha de la humanidad hacia su "liberación", o su emancipación.

No obstante nos queda ese tremendo escollo contra el que el racionalismo excesivamente simplificador siempre ha tropezado: caidos los dioses, ¿somos capaces de comprender y explicar toda la realidad en la que vivimos y de la que somos parte y coautores?

Los dioses han caido hace ya mucho tiempo, a pesar de los intentos integristas de restaurarlos, pero nuestra "fe" en la capacidad de la "razón" para atrapar el universo, la vida, las sociedades, aparece todavía orgullosa, como su alternativa, ¿no será otro dios más?

La razón humana es un instrumento que en la "trama de la vida" (Fritjof Capra, 1998) intenta representar y comprender el "mundo" y (auto)representarse, (auto)comprenderse, sin lograrlo plenamente. Tal vez por todo ello, pienso que "El Ocaso de los Dioses" convierte, para mí, la música de Wagner en algo entrañable, en el que percibo nuestras propias cavilaciones, dudas y límites.