14 abril 2005

ES EL MOMENTO

A propósito del artículo “ES EL MOMENTO” (Diario de Noticias 14 de abril de 2005), efectivamente es el momento de hacer un alto en el camino “hacia no se sabe dónde” y reflexionar sobre la crítica situación de nuestra Navarra.

Es el momento de considerar que nuestra nación y nuestro estado histórico están siendo sometidos a una formidable operación de acoso y derribo en todos los terrenos. Que es necesario decir basta. Y enderezar el rumbo.

Es el momento de pensar que nuestra sociedad, Navarra entera, Euskal Herria, no se divide en “vascos y navarros”, “vasquistas y españolistas”, que la sociedad navarra es una, por conciencia, por historia ... y por necesidad frente al futuro. Que todos los navarros somos lingüística y culturalmente vascos y que todos los vascos somos políticamente navarros.

Es el momento de reflexionar que nuestra pluralidad, como todas, sólo tiene sentido dentro de un contexto más amplio. La autoestima nos exige referir nuestra variedad al conjunto de nuestra sociedad y no a las de los estados dominantes.

Como consecuencia, también es el momento de recuperar nuestra propia centralidad y perspectiva ante el mundo y ante la interpretación de la historia. Navarra no es “parte” de otros estados. Es parte de Europa, sí, pero del mismo modo que lo son Alemania, España o Francia, o como lo serán Escocia, Flandes o los Países Catalanes.

Es el momento de ver la situación desde una perspectiva nacional. Nuestra sociedad es muchísimo más que el conjunto de partidos “vasquistas”. Por supuesto que todos ellos forman parte, pero no en exclusiva ni, me atrevería a decir, mayoritariamente de la misma. Otra cuestión es la responsabilidad que deberían de afrontar en este proceso.

Es el momento de concretar esta perspectiva nacional en una unidad de acción en todos los campos en que se juega nuestro futuro y, sobre todo, en el más importante que es el político. Sociedad civil, sindicatos y partidos deben manifestarse a la altura de las extremas circunstancias en que nos encontramos.

Por ello, es el momento de recordar que para que la unidad de acción política sea algo más que “buenos deseos” o “voluntarismo puro”, es necesario que se defina el objetivo a conseguir, y que tal objetivo sea de alcance estratégico suficiente. De otro modo, se pierde la perspectiva y se llega a falsas uniones que pueden saltar hechas añicos al primer conflicto o explotar a la menor chispa. Este es el riesgo que corren las coaliciones electoralistas coyunturales u otro tipo de alianzas en las que los objetivos no se correspondan con la necesidad social. La ilusión es buena y necesaria, pero no suficiente.

Es el momento de afirmar que ese objetivo estratégico, en la actual etapa histórica de nuestro país, de Europa y del mundo, no es otro que la (re)constitución de nuestro Estado propio. Navarra ha sido el único Estado independiente que hemos tenido los vascos. Ese Estado fue conquistado y sometido; sus gentes, perseguidas y, en muchas ocasiones, exterminadas. La recuperación de su memoria histórica no es la única, ni la más importante, justificación de su reivindicación, pero es soporte imprescindible para la recuperación de la autoestima necesaria para hacer frente con éxito a los retos del mundo actual y poder sobrevivir con nuestras propias señas de identidad.

Es asimismo el momento de olvidarse tanto de “capillitas” como de falsas solidaridades. La mayor y mejor aportación que podemos hacer los vascos hacia el resto de sociedades del Planeta, incluyendo las de nuestros estados dominantes, consiste en lograr nuestra emancipación e independencia. No se puede ejercer una solidaridad efectiva desde el sometimiento y la dependencia; ni pueden ser libres los pueblos que oprimen a otros.

Es el momento de decir lo más alto posible que cualquier otro objetivo de rango inferior no va a permitirnos una existencia “cómoda” en el mundo. Una existencia que desarrolle plenamente nuestro patrimonio: lengua, historia, derecho etc. y lo ponga al servicio y solidaridad de todo el Planeta.

Es, volviendo al comienzo, el momento de realizar una autocrítica generalizada y de convocar un profundo debate, real y abierto, sin oportunismos, estrechez de miras ni intereses a corto plazo, que nos permita un “cambio de rumbo” real y efectivo. Que sea ilusionante y capaz de movilizar la potente y amplia energía que expresa nuestra sociedad.

Es el momento en que, como dijo Shakespeare, Navarra sea de verdad “la admiración del mundo”.

16 marzo 2005

CARLISMO

Periódicamente los medios de comunicación españoles resucitan el asunto del carlismo y, curiosamente, casi siempre en relación con lo que ellos denominan como “nacionalismo vasco”.

Esta vez es Daniel Reboredo desde el “Diario Vasco”. Una vez más les delata la ideología nacionalista (esta sí, de verdad) española que profesan con fervor. Según ellos, el carlismo es un puro movimiento reaccionario que en el enfrentamiento con la modernidad representa a los sectores más atrasados. Al principio dijeron que era puramente dinástico, más tarde que religioso; en otras ocasiones movimiento de pequeños propietarios conservadores, a veces un levantamiento de campesinos...

Son muy pocos los que niegan una especie de continuidad entre el carlismo y lo que denominan como “nacionalismo vasco”. Reboredo basa esa continuidad en el integrismo religioso que ambos movimientos políticos parece, en su opinión, que practican.

Al señor Reboredo y corifeos habrá que recordarles:

1.- Que los autodenominados “liberales españoles” eran en su generalidad tan meapilas como los carlistas. Y que ninguno de ellos fue tan librepensador y “liberal” como el carlista José Agustín Xaho.

2.- Que el “liberalismo” español no existía en el sentido propio que a la sazón se le daba en Europa. Eran una cuadrilla de propietarios y compradores de bienes desamortizados, herederos y beneficiarios de las prebendas de la monarquía absoluta de austrias y borbones.

3.- Que el asalto a los últimos reductos del Estado navarro, el llamado Sistema Foral, está en la base del conflicto permanente que ha mantenido Vasconia con España durante los siglos XIX, XX y lo que llevamos del XXI.

En resumen, que el carlismo es un movimiento prenacional, en el que la sociedad defensora del sistema político de Vasconia, residuo de las instituciones del reino independiente o Estado de Navarra conquistado y ocupado por Castilla, se opone con todos los medios a su alcance a su asimilación e integración en la “nación” española.

11 marzo 2005

¿SIN ESTADO?

Leo en el diario AVUI de 11/03/2005 un artículo de Jordi García Petit con este mismo título.

El artículo es una encendida defensa del “estatu quo” de Cataluña, y supongo que del resto de Países Catalanes y, por supuesto de Vasconia y Galicia, tal como está organizado en el actual “Estado español de las autonomías”.

Ridiculizando las posiciones de quienes defienden la necesidad de un Estado propio para los Países catalanes y luchan políticamente por conseguirlo, dice que quienes defienden la necesidad de un Estado catalán piensan que “...(sin Estado) la comunidad humana catalana sería como una especie de limaco colectivo que iría por la vida sin caparazón institucional”.

García Petit defiende que la Generalitat es un poder público, que es Estado, que es una parte del gobierno del Estado y que, por ello, Cataluña ya tiene Estado con “soberanía” sobre su territorio. Pero claro está, es una parte ... ¡del Estado español!

García Petit “olvida” el pequeño problema que supone el hecho de que es el propio Estado español el que desde siglos atrás ha ejercido sobre las naciones “periféricas” de la península una permanente presión, que se tradujo en conquista y destrucción de sus instituciones propias y desembocó en un intento, conseguido en parte, de asimilación y aniquilamiento, del que solo logró librarse Portugal. Su lengua y cultura, su patrimonio en general, han sido perseguidos con astucia y saña, cuando no con violencia directa.

Quienes en esta etapa histórica gobiernan el Estado español no reniegan de sus antecesores. No reniegan del franquismo ni de la estructura unitaria de su Estado en la que no hay más soberanía que la del “pueblo español” del cual catalanes y navarros formamos parte obligada por el “justo derecho de conquista”.

Hoy en día en nuestro mundo la única institución reconocida nivel internacional como sujeto político es el Estado y es la única con capacidad de decidir sobre cuestiones tan vitales como las lingüísticas, educativas, ecológico-paisajísticas y sobre tantas otras que antes se denominaban, desde una perspectiva excesivamente antropocéntrica, como “recursos”.

Si queremos vivir, “ser”, con dignidad y personalidad propias, necesitamos nuestro propio Estado, navarros y catalanes, catalanes y navarros, tanto da. Cada uno el suyo. En una Europa democrática y en un mundo más justo.

LA HISTORIA ¿PARA QUÉ?

Hay quienes piensan que la Historia no “sirve” para nada. Probablemente utilizan una versión muy utilitarista del verbo “servir”. La Historia es la memoria de las sociedades humanas. Lo mismo que una persona puede “vegetar” pero no progresar y desarrollarse sin memoria, las sociedades que pretendan ser participativas y creativas en el entorno mundial, han de reconocer su patrimonio, y, como elemento fundamental del mismo, su historia.

Cualquier sociedad que se pretenda cohesionada y que quiera construir un futuro para sus ciudadanos reconoce su patrimonio, investiga su historia y la enseña y difunde.

En nuestra situación de sociedad conquistada, dominada y minorada nuestros ocupantes explican no sólo “su historia” sino que también nos “fabrican” la “nuestra”. La nuestra, la real, queda oculta y tergiversada. Cuando no nos mienten descaradamente.

Ellos utilizan la suya para reforzar su propia cohesión y “conseguir” la nuestra en su seno. El conocimiento de la historia real sirve como elemento emancipador en sociedades dominadas como la nuestra. Hay que conocer las raíces próximas y lejanas de los conflictos que nos oponen a nuestros conquistadores y dominantes.

Navarra fue conquistada, fue ocupada y dominada. Los conflictos que hasta hoy oponen a Euskal Herria con España y Francia hunden sus raíces en aquellos procesos de conquista. No lo podemos olvidar, ya que la única forma de resolver bien un problema consiste en plantearlo correctamente.

Vasconia con todo su patrimonio necesita para su supervivencia, en Europa y en el mundo, tener un Estado en pie de igualdad con el resto de estados. La recuperación de su Estado histórico, Navarra, es una buena vía para lograrlo.

La ignorancia, inducida por los medios de nuestros ocupantes (escuela, medios de comunicación y propaganda, coerción etc.) provoca sumisión y autoodio. La recuperación del conocimiento de nuestro patrimonio e historia, reforzando nuestra autoestima y la consiguiente capacidad de organización, puede ser el soporte de nuestra liberación.

08 marzo 2005

MÚSICA Y AUTOESTIMA

El asunto va del programa de mano de una representación de ballet. La obra en cuestión es Carmen (la de Bizet, obviamente, pero en versión ballet). El lugar de representación, el Kursaal de Donostia.

Cita, textual, de la presentación de don José (el amante Carmen y vasco, como ella) y de la propia Carmen:

"José, el vasco, procede de una región cuyos estrictos códigos morales se basan en el antiguo sistema feudal. Carmen, la gitana, vive en una ciudad más moderna e industrializada..."

Carmen es también vasca, lo que indica, en contra de lo que intenta transmitir el autor del texto, que la sociedad vasca, pese a todas las conquistas y despojos anteriores, es en el siglo XIX una sociedad plural, una sociedad que acoge e integra, en lo posible, muchas "culturas" y "modos de vida". Y eso es, precisamente, la cultura vasca y su riqueza.

El autor del texto comentado resalta un aspecto que, además, es erróneo y tendencioso, cuando no malintencionado. Mucho habría que hablar del "antiguo sistema feudal" en Vasconia. Es la forma más sencilla de menospreciar la independencia de los vascos a través de su único Estado independiente: Navarra.

¿Dónde está la autoestima del patronato que gestiona el Kursaal donostiarra para haber evitado lo que no sólo es un error de interpretación, sino un desprecio por la propia historia?

05 marzo 2005

MATRÍCULAS DE COCHES

Acabo de encontrar dos coches con las "nuevas" matrículas impuestas por el Ministerio del Interior español. Una era CFN, la otra DGS. Curiosas ambas.

La primera, CFN, es Comunidad Foral de Navarra. Esa Navarra que nos quieren vender como la "Navarra real". Cuando propusieron este modelo de matrículas parecía que determinados nombres, malsonaltes, "oficiales" (¿hay diferencia?) se iban a suprimir. Pues CFN no se ha suprimido; queda como "un apelativo más" dentro del conjunto de matrículas españolas de coches. Navarra es mucho más que la corta, reducida y castrada "comunidad foral". Es una nación conquistada y un Estado secuestrado. Y desde España queda como una simple "matrícula" de automóvil.

La segunda, DGS, es el símbolo de la famosa "Dirección General de Seguridad" del franquismo. Puede ser signo de que sigue existiendo, que está viva. Y si no, que se lo pregunten a los inculpados en el proceso 18/98. Es hora de repetir, una vez más, que el actual régimen es prolongación del franquismo y que la famosa "transición" de los años setenta del pasado siglo, fue, en realidad, una transición "intratotalitaria": el totalitarismo franquista dio paso al totalitarismo postfranquista.

En Euskal Herria y Países Catalanes, por lo menos, el modo de sufrir el unitarismo del Estado español en uno y otro caso ha podido variar formalmente, pero no en el fondo. El sujeto de la soberanía sigue siendo el "pueblo español" del cual formamos parte obligada por el "justo derecho de conquista".

La Vasconia histórica, y la historia es hasta hoy (recordar "El presente como Historia" de Paul M. Sweezy), se oculta y tergiversa. El mañana está soportado por la voluntad de quienes asumen la historia del momento como responsabilidad actual y futura.

En este sentido, para la recuperación de la memoria histórica y la puesta en valor de nuestro patrimonio, una dirección importante es la de Nabarralde .

MÚSICA CON VARIACIONES

Reconozco que la música siempre me ha acompañado. Me ha proporcionado emociones gozosas desde muy joven. Recuerdo la primera vez que escuché la quinta sinfonía de Schubert a la Orqusta Santa Cecilia de nuestra capital, Iruñea, dirigida por Javier Bello Portu. No tendría 16 años. Muy poco más tarde, en Donostia, escuché una "propina" de la Orquesta de la Radio Televisión francesa, dirigida por Charles Munch, que me puso los pelos como escarpias. Al día siguiente la obra estaba en el programa y era... ¡la obertura de Los Maestros Cantores, de Wagner!

Hoy sigo escuchando música en esta Vasconia de nuestros pecados y me encuentro con que el "buque insignia" de nuestras orquestas, pomposamente llamada "Orquesta Sinfónica de Euskadi", no tiene rubor en incluir en su programa, en una obra de estreno, el siguiente texto: "Lehen aldiz interpretaturiko obra, estreinaldia Espainian. Obra interpretada por primera vez, estreno en España". Y esto en los programas que interpreta en Bilbo, Donostia y Gazteiz y, por supuesto, en Iruñea. Evidentemente para los gestores de "nuestra" orquesta estas cuatro ciudades son... España.

Y no se lo pierdan, la interesantísima idea de contextualizar cada obra en su época, aun conteniendo datos realmente significativos, está trufada de otros, relacionados con la historia de España, que no viene a cuento. O bueno, vienen a cuento para recordarnos que para ellos, los gestores, estamos en España.

¡Quousque tandem...!

03 marzo 2005

DECLARACIONES DE MIGUEL SANZ

Miguel Sanz Sesma ha declarado en contra del vicedirector del Instituto Económico del CSIC español, Angel De La Fuente. Este señor aboga por la desaparición de los "privilegios forales" de Euskal Herria por considerar que suponen "una violación clara" de los principios de igualdad, solidaridad territorial etc. españolas, eso sí.

Sanz contesta, como siempre, que los fueros no son privilegio (no dice que son los residuos de nuestro sistema político estatal soberano), y que es normal lo que sucede en realidad que es que desde Navarra "paguemos más a España, contribuyamos más ya que tenemos más renta que lo que representamos por número de habitantes..." Sin comentario.

Ya va siendo hora de que toda Navarra, la Vasconia histórica, tome conciencia de que seguir bajo la "tutela" hispano-francesa es una rémora. Una losa muy pesada que hipoteca nuestro futuro. Necesitamos urgentemente, para sobrevivir con nuestra propia personalidad en Europa y en el mundo, recuperar nuestra independencia, nuestro Estado histórico: el Estado navarro.

02 marzo 2005

DESDE NAVARRA

Una reflexión necesaria, desde una nación conquistada y desde un Estado secuestrado, consiste en expresar claramente que las votaciones organizadas desde los aparatos de poder de los estados ocupantes nunca pueden ser democráticas.

Dichas votaciones no pierden su calidad democrática principalmente por no permitir la presencia de determinadas opciones o siglas, eso es una simple consecuencia de su radical antidemocratismo. La democracia exige el respeto a la libre determinación de los pueblos. Una democracia plena solo existirá en Navarra cuando los agentes militares, políticos, económicos y sociales de los estados español y francés abandonen el control de su sociedad.

La consecución de la soberanía plena de Euskal Herria, a través de la recuperación del Estado de Navarra, es el objetivo realmente democrático al que debemos aspirar. Los esfuerzos sociales y políticos deben estar encaminados a este objetivo y los conflictos parciales deben estar planteados con esa perspectiva.

Seguiremos reflexionando...